Tecnología cerámica. Un indicador relevante para caracterizar grupos sociales.
Uno de los principales debates arqueológicos ha sido la definición de unidades sociales de la cultura material (Binford 1965, Stark 1998, Willey y Phillips 1958). En este contexto, el análisis de los materiales arqueológicos responde a este problemática, ya que permite definir los elementos diagnósticos de un grupo social específico, es decir, una cultura. Estos "indicadores culturales" generalmente se refieren a los rasgos morfo-estilísticos de las producciones materiales. Su organización se basa tradicionalmente en clasificaciones taxonómicas ("Tipo - Variedad" para cerámica, Gifford, 1960). Si bien, las tipologías han demostrado ser útiles como indicadores cronológicos y para definir la variabilidad espacio-temporal de las producciones, presentan un interés limitado para abordar la noción de límite social porque los objetos analizados se consideran productos terminados. Esto conduce a un hallazgo basado en la premisa de la equifinalidad: hay diferentes caminos para llegar al mismo fin. En el campo de la tecnología cerámica, los [...] recipientes de la misma forma y decorados según las mismas razones podrían ser fabricados por diferentes grupos etnolingüísticos, cada uno a su manera. Esto no es ni la forma ni la decoración que distinguirán a estos grupos, sino la cadena operativa [...] "(Roux, 2016: 22) involucrada en la fabricación. Las implicaciones son claras: la omisión del estudio de las técnicas de fabricación puede crear límites sociales erróneos. Es por esto que establecer una metodología para analizar las cadenas operativas es fundamental para enfrentar la definición de unidades sociales (Roux, 2016).
Movimientos de población y configuración territorial en el centro-oeste de México
Durante más de 30 años, varios proyectos han estado estudiando las trayectorias culturales en el centro-oeste de México para comprender los mecanismos de origen y emergencia del reino tarasco durante el período Postclásico (1200 a 1450 d.C.). Se ha puesto especial énfasis en la región de Zacapu y el macizo volcánico de Barajas y en los períodos de rápido cambio. Estos se han resaltado en tres ocasiones: el pasaje del Preclásico al Clásico (alrededor del año 200 d.C.), la antigua transición epiclásica-posclásica (alrededor del año 900 d.C.), luego el lo que conduce a la aparición del reino de Taras en el reciente período del Posclásico (alrededor del año 1250 d.C.).
Estos períodos caracterizados por cambios en las organizaciones territoriales y en la cultura material, se han correlacionado con las fluctuaciones demográficas vinculadas con los movimientos de población, la mayoría de ellos migratorios. Sin embargo, mientras que las regiones de Zacapu y Barajas han sido bien exploradas, la llanura aluvial de Lerma, ubicada entre ellas, ha permanecido sin explorar. Además, para comprender la dinámica de los movimientos de población a nivel macrorregional y para contribuir a un mejor conocimiento de los mecanismos de cambio sociopolítico durante el período Post-Clásico, es fundamental estudiar qué sucede en la llanura aluvial durante Epiclásico, un período considerado estable y próspero. Mi investigación se articula en este marco.
El objetivo de la investigación se enfoca en caracterizar culturalmente las poblaciones de la llanura aluvial de Lerma (en su curso medio), estudiando sus producciones de cerámica. Este enfoque se realiza desde el prisma de los sistemas técnicos y aplica la herramienta analítica de las cadenas operativas. También es en este contexto que pongo en marcha una reflexión crítica sobre la relevancia de esta herramienta analítica en el análisis de las producciones cerámicas mesoamericanas. El objetivo final es integra una dimensión comparativa: comprender a partir de las tradiciones cerámicas las interacciones y el grado de parentesco cultural entre las poblaciones de los períodos Clásico (200-600 d.C.) y Epiclásico (600-900 d.C.). El valle de Lerma y los que vivieron al mismo tiempo los sitios protourbanos de Cerro Barajas y las cuencas lacustres de Michoacán, especialmente la cuenca de Zacapu.
Para desarrollar el tema, cuento con documentación procedente de excavaciones en diferentes contextos arqueológicos. Una parte importante de mi corpus de análisis procede de excavaciones recientes en el Valle del Lerma y que han sido recuperadas de forma directa por quien suscribe. También cuento con una muestra de análisis de los materiales que integran las colecciones de cerámica de otros tres sitios en la Cuenca de Zacapu y del Cerro Barajas.
Metodología: análisis cerámico por cadenas operativas
Las cadenas operativas son una herramienta analítica para estudiar los procesos de producción de objetos. Esta herramienta captura los mecanismos cognitivos de enseñanza-aprendizaje involucrados en la Constitución de los conocimientos técnicos de los artesanos (Leroi-Gourhan, 1964, Sellet, 1993). Cada operación integrada en la producción de un objeto resulta en trazas observables, o rasgos de diagnóstico, desde los cuales podemos dilucidar las opciones elegidas por los artesanos durante el proceso de fabricación.
El análisis de cada fase se procesa a través de las diferentes escalas de análisis. Así, el primer paso corresponde a la recolección y transformación del material arcilloso. Su estudio requiere análisis petrográficos y micromorfológicos tanto de muestras cerámicas como de suelos. El objetivo es identificar sus componentes minerales y, si es posible, correlacionarlos con la fuente de la materia prima. Los otros pasos se estudian mediante la intercalación de dos escalas de observación: la primera es macroscópica y tiene como objetivo identificar macrotrazos relacionados con las operaciones de conformación de recipientes de cerámica. El segundo "meso y microscópico" de las observaciones de lupa binocular de las secciones nuevas de los fragmentos, luego bajo un microscopio petrográfico en secciones delgadas. Este enfoque combinado tiene como objetivo establecer "las modalidades de deformación [que] se pueden clasificar teóricamente según las restricciones asociadas con cada técnica de modelado [modelado, moldeado, lápiz, torneado, martillado, etc.]", (Roux, 2016: 195 ), luego caracterizar las siguientes etapas: acabados, tratamientos superficiales y cocción. Este enfoque permite el desarrollo de un árbol tecno-estilístico que restaura las cadenas operativas involucradas en la producción de los ensamblajes estudiados (Roux, 2016).
Cadenas operatorias en cerámica. Aplicación en un caso del occidente mesoamericano: entre las llanuras del Lerma y las Zonas Lacustres de Michoacán es la investigación doctoral que actualmente desarrolla la Mtra. Alejandra Castañeda. La naturaleza innovadora de su estudio radica en la aplicación del concepto metodológico e interpretativo de cadenas operativas para abordar dos cuestiones fundamentales en la arqueología mesoamericana: la movilidad prehispánica y las definiciones culturales de los grupos sociales; cuestionamiento cruciales en la comprensión de los mecanismos de la evolución cultural, pero que en los estudios cerámicos se han planteado desde 1950 y hasta la fecha con el prisma único de la tipología; aspecto que no ha logrado clarificar de manera fehaciente